The Song #5 Anna Tivel

Hay canciones que hacen que quieras moverte. Otras que te hacen querer conducir más rápido, sentarte tranquilo cerca de una ventana cuando hace mal tiempo, o tratar de ser una mejor persona. Tal vez lo que más me gusta de escribir canciones es la forma en que puede transportarte instantáneamente a un mundo alternativo, uno en el que puedes sentir las cosas contra las que luchas, celebrarlas, quitártelas de la cabeza, comprenderlas…Parece algo tan sagrado para mi mente impía. Quizás únicamente comparable a lo que debe ser rezar para un creyente profundo.

Esta canción de mi buen amigo Jon Sunde (J.E. Sunde) me mata de la mejor manera cada vez que la escucho. Es tan metódico y profundamente honesto y extremadamente vulnerable. Creo que es algo muy especial poder hablar sobre tu propia lucha de una manera que deje espacio para que otras personas la sientan como propia. Hay una generosidad en esta canción que me deja alucinada al mismo tiempo que se siente íntima y verdaderamente personal. Me encanta la forma en que comienza con una conversación y se va desenredando lentamente a medida que suelta las riendas fuertemente enrolladas y se permite disfrutar de un simple momento de belleza. Tal vez es tan especial para mí porque sé como se preocupa Jon por ser valiente cuando escribe, y creo que esta canción es muy valiente en su vulnerabilidad sin adornos. Eso es muy difícil de hacer, permitirte decir lo real en lugar de crear un mundo imaginario en la canción en el que seas una persona más brillante y moderna de lo que realmente eres.

No me importa bailar / ya lo sabes, ya te lo dije, que no bailo / pero la música y tu belleza me conmueven, así que te tomo de la mano
Pero tendrás que dirigirme /la tónica que se mezcla con la ginebra / calentar dentro y trabajar en mis extremidades y cuando la habitación comienza a girar / Estoy feliz de estar cerca de ti
Y te ríes mientras miro mis pies / santa madre de los humildes y los débiles / levantas suavemente mi barbilla para que pueda mirarte a los ojos
Y reprendes las chorradas y las mentiras / todas esas personas que me dijeron cómo ser un hombre / bueno, no quiero hacerles caso por más tiempo / así que gírame por el piso.

Argh, es tan bueno. Toda esa rima interna sinuosa que es a la vez tan natural e intrincada. Me dan ganas de pararlo todo y ponerme a escribir cada vez que lo escucho.

Anna Tivel